Querida familia:
Por una vez traemos buenas noticias, la guerra ha
terminado. Nosotros estamos todos bien, el ambiente sigue un poco caldeado pero es normal por la situación que
hemos vivido pero estas alentadoras noticias nos tranquilizan.
Con la firma del tratado de Versalles firmamos la
paz ente Paris y Alemania ha sido considerada por el Estado y nuestra
Alemania como un dikat, que en nuestra
tierra significa imposición. Este dikat consiste en que como Alemania sufre
recortes territoriales, tiene que ceder a los franceses Alsacia y Lorena, a los
polacos Posnania y así se crea un corredor polaco que separa Prusiano Oriental
de Alemania. Por otro lado, a Alemania la consideran responsable del desencadenamiento de la
guerra y hemos tenido que pagar fuertes reparaciones. Ha entregado su flota
mercante, sus locomotoras por si fuera poco también ha cedido a Francia la
explotación de las minas de carbón de Sarre durante 15 años. Por último el
servicio militar obligatorio que impuso Alemania ha sido suprimido y el
ejército ha quedado muy limitado, a 100000 hombres, esperemos que se recupere
pronto... Para prevenir nuevos ataques los aliados han ocupado la orilla del Rin.
Ha habido una nueva organización de Europa con nuevas fronteras y nuevos
estados, no estamos muy de acuerdo pero con tal de que la guerra no vuelva
haremos todo lo que esté en nuestras manos.
Cabe recordar, que aunque la Gran Guerra haya
tenido su fin, las consecuencias han sido devastadoras para todos nosotros, familia.
Ha causado grandes consecuencias demográficas, hemos leído en el periódico que
se han producido unas nueve millones de muertes, eso sin tener en cuenta la
cantidad de heridos, mutilados y bajas civiles causadas de forma indirecta por
este conflicto. Aunque los Goldstein hayamos sido siempre precavidos y hayamos
hecho reservas de alimentos para un buen tiempo, nuestros hermanos del resto de
Europa no han tenido la misma suerte; por las privaciones alimentarias, la
falta de higiene y carencias sanitarias, muchos de ellos sufrieron la gripe,
que se llevó más de 22 mil vidas. Estas pérdidas han provocado un descenso
bastante considerable de la natalidad y con ello la disminución de la población
activa. Esto no acaba aquí, otras consecuencias de la guerra han sido de
carácter económico, nuestra Alemania es de los países que más afectado está en
este ámbito. También, por la guerra, han quedado devastadas nuestras
industrias, nuestras zonas de cultivo y nuestros transportes. Por lo general
podemos decir que la guerra ha supuesto la pérdida de la hegemonía de todo
nuestro continente. El único país que no ha salido económicamente perjudicado
es Estados Unidos, por esa parte, nos alegramos por nuestros familiares de
Nueva York. Japón es de los países que también está experimentando su máximo
esplendor.
También estamos experimentando repercusiones
sociales, en el mercado los productos están cada vez a mayor precio y los
salarios están disminuyendo notablemente. Una consecuencia positiva es que las
mujeres hemos podio incorporarnos en el mundo laboral, aunque es algo que no se
está llevando muy bien.
También nos gustaría haceros saber lo contentos
que estamos por la recuperación de la tía Juliett, nos alegra que se haya
curado de la tuberculosis.
El barrio
ha recuperado su máximo esplendor, el único problema son los llantos de las
familias que lloran desconsoladas por la pérdida de algunos de sus familiares.
Nosotros estamos bastante bien y encima ya podemos comprar todo tipo de cosas
que nos faltaban desde hace mucho tiempo. El mercado de Craushmelken esta
abarrotado de productos de todo tipo y luce con un brillo que no veía desde
antes de la Guerra aunque los precios siguen siendo desorbitados como antes estábamos
comentando. La última noticia más comentada por nuestros vecinos está siendo
celebrada con alegría por todo el mundo, la llaman Conferencia de Locarno en la
que se ha establecido un sistema de garantías mutuas entre Alemania, Francia,
Bélgica, Reino Unido e Italia y se comprometen a respetar las fronteras
alemanas y la desmilitarización de la Renania. Lo que sacamos nuestra familia
de esta conferencia es paz y diálogo, esperemos que dure bastante tiempo porque
no nos merecemos más sufrimientos como en tiempos pasados. Cada día que pasa en
Berlín hay más empleo y parece que estamos yendo en la dirección correcta
porque han admitido a Alemania en la Sociedad de Naciones y esto solo puede
decir que estamos cumpliendo los tratos firmados. Aunque no todo es de color de
rosas y nuestro país no ha reconocido las fronteras en la zona oriental, lo
único que deseamos es que no se reactiven las maquinarias bélicas y los nacionalismos
que tanto daño nos harían. Me queda poco por hablar y para despedirnos queremos
hacer una reflexión y no es otra que ¿Para qué ha servido todo esto? La respuesta
es simple para nada. Nosotros en los años de guerra, nos despertábamos con
miedo y sin saber qué hacer durante el día porque todos los comercios estaban
cerrados, las calles llenas de soldados con la mirada perdida y mirándonos como
si fuéramos criminales cuando nuestro único crimen era hacer nuestra vida. Los
dirigentes de los países nos enfrentaban como si no hubiera un mañana y solo
era para su propio beneficio personal, sin pensar en ningún momento en el
pueblo y el sufrimiento que ha causado. Para olvidar todo este daño no sirve
ninguna convención, tratado o reparación, solo nos sirve el sentido común para
no volver a repetir los errores del pasado. Ya que llevamos mucho tiempo sin
vernos, hemos decidido comprar unos billetes de barco y viajar hasta Londres
porque en París, los alemanes aun no estamos muy bien vistos y sería perfecto
que todos coincidiéramos allí.
Os
echamos de menos, vuestra familia.
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