miércoles, 17 de febrero de 2016

4º CARTA. EL FIN DE LA GUERRA


Querida familia:
Por una vez traemos buenas noticias, la guerra ha terminado. Nosotros estamos todos bien, el ambiente sigue un poco  caldeado pero es normal por la situación que hemos vivido pero estas alentadoras noticias nos tranquilizan.
Con la firma del tratado de Versalles firmamos la paz ente Paris y Alemania ha sido considerada por el Estado y nuestra Alemania  como un dikat, que en nuestra tierra significa imposición. Este dikat consiste en que como Alemania sufre recortes territoriales, tiene que ceder a los franceses Alsacia y Lorena, a los polacos Posnania y así se crea un corredor polaco que separa Prusiano Oriental de Alemania. Por otro lado, a Alemania la consideran  responsable del desencadenamiento de la guerra y hemos tenido que pagar fuertes reparaciones. Ha entregado su flota mercante, sus locomotoras por si fuera poco también ha cedido a Francia la explotación de las minas de carbón de Sarre durante 15 años. Por último el servicio militar obligatorio que impuso Alemania ha sido suprimido y el ejército ha quedado muy limitado, a 100000 hombres, esperemos que se recupere pronto... Para prevenir nuevos ataques los aliados han ocupado la orilla del Rin. Ha habido una nueva organización de Europa con nuevas fronteras y nuevos estados, no estamos muy de acuerdo pero con tal de que la guerra no vuelva haremos todo lo que esté en nuestras manos.
Cabe recordar, que aunque la Gran Guerra haya tenido su fin, las consecuencias han sido devastadoras para todos nosotros, familia. Ha causado grandes consecuencias demográficas, hemos leído en el periódico que se han producido unas nueve millones de muertes, eso sin tener en cuenta la cantidad de heridos, mutilados y bajas civiles causadas de forma indirecta por este conflicto. Aunque los Goldstein hayamos sido siempre precavidos y hayamos hecho reservas de alimentos para un buen tiempo, nuestros hermanos del resto de Europa no han tenido la misma suerte; por las privaciones alimentarias, la falta de higiene y carencias sanitarias, muchos de ellos sufrieron la gripe, que se llevó más de 22 mil vidas. Estas pérdidas han provocado un descenso bastante considerable de la natalidad y con ello la disminución de la población activa. Esto no acaba aquí, otras consecuencias de la guerra han sido de carácter económico, nuestra Alemania es de los países que más afectado está en este ámbito. También, por la guerra, han quedado devastadas nuestras industrias, nuestras zonas de cultivo y nuestros transportes. Por lo general podemos decir que la guerra ha supuesto la pérdida de la hegemonía de todo nuestro continente. El único país que no ha salido económicamente perjudicado es Estados Unidos, por esa parte, nos alegramos por nuestros familiares de Nueva York. Japón es de los países que también está experimentando su máximo esplendor.
También estamos experimentando repercusiones sociales, en el mercado los productos están cada vez a mayor precio y los salarios están disminuyendo notablemente. Una consecuencia positiva es que las mujeres hemos podio incorporarnos en el mundo laboral, aunque es algo que no se está llevando muy bien.
También nos gustaría haceros saber lo contentos que estamos por la recuperación de la tía Juliett, nos alegra que se haya curado de la tuberculosis.
El barrio ha recuperado su máximo esplendor, el único problema son los llantos de las familias que lloran desconsoladas por la pérdida de algunos de sus familiares. Nosotros estamos bastante bien y encima ya podemos comprar todo tipo de cosas que nos faltaban desde hace mucho tiempo. El mercado de Craushmelken esta abarrotado de productos de todo tipo y luce con un brillo que no veía desde antes de la Guerra aunque los precios siguen siendo desorbitados como antes estábamos comentando. La última noticia más comentada por nuestros vecinos está siendo celebrada con alegría por todo el mundo, la llaman Conferencia de Locarno en la que se ha establecido un sistema de garantías mutuas entre Alemania, Francia, Bélgica, Reino Unido e Italia y se comprometen a respetar las fronteras alemanas y la desmilitarización de la Renania. Lo que sacamos nuestra familia de esta conferencia es paz y diálogo, esperemos que dure bastante tiempo porque no nos merecemos más sufrimientos como en tiempos pasados. Cada día que pasa en Berlín hay más empleo y parece que estamos yendo en la dirección correcta porque han admitido a Alemania en la Sociedad de Naciones y esto solo puede decir que estamos cumpliendo los tratos firmados. Aunque no todo es de color de rosas y nuestro país no ha reconocido las fronteras en la zona oriental, lo único que deseamos es que no se reactiven las maquinarias bélicas y los nacionalismos que tanto daño nos harían. Me queda poco por hablar y para despedirnos queremos hacer una reflexión y no es otra que ¿Para qué ha servido todo esto? La respuesta es simple para nada. Nosotros en los años de guerra, nos despertábamos con miedo y sin saber qué hacer durante el día porque todos los comercios estaban cerrados, las calles llenas de soldados con la mirada perdida y mirándonos como si fuéramos criminales cuando nuestro único crimen era hacer nuestra vida. Los dirigentes de los países nos enfrentaban como si no hubiera un mañana y solo era para su propio beneficio personal, sin pensar en ningún momento en el pueblo y el sufrimiento que ha causado. Para olvidar todo este daño no sirve ninguna convención, tratado o reparación, solo nos sirve el sentido común para no volver a repetir los errores del pasado. Ya que llevamos mucho tiempo sin vernos, hemos decidido comprar unos billetes de barco y viajar hasta Londres porque en París, los alemanes aun no estamos muy bien vistos y sería perfecto que todos coincidiéramos allí.

Os echamos de menos, vuestra familia. 





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