miércoles, 10 de febrero de 2016

París EliParraJordi

Hola familia:

En poco tiempo París se ha convertido en una ciudad impregnada de tristeza y oscuridad. Ya no brilla el sol, ya no juegan los niños por la calle, la Guerra ha llegado y junto a ella un melancólico ambiente de gritos de dolor y llantos que quitan el sueño a muchos.
Bajo el Arco del Triunfo desfila una interminable fila de coches que se dirige hacia el campo de batalla, con o sin esperanzas de volver, la Marsellesa suena al compás y se puede ver como los soldados se despiden de sus familias, dejando atrás amor y nostalgia a partes iguales para partir hacia aquel lugar del que todo el mundo hablaba pero nadie imaginaba.

La Torre Eiffel se ve más apagada que nunca, en general como toda la ciudad, todos los edificios, como si alguien o algo hubiera quitado a una ciudad entera las ganas de soñar. Las calles se ven vacías, las Iglesias llenas, suspiros de dolor procedentes de las mujeres que dejan a sus maridos con la esperanza de que regresen pronto sanos y salvos, había empezado la guerra y se respiraba en el ambiente.

Todo cambió el día del asesinato del archiduque de Sarajevo, Francisco Fernando, heredero de la corona del Imperio Austrohúngaro. Termina la carrera de armamento de las potencias para lanzarse a la guerra sin piedad y con el ambicioso propósito de hacerse con el poder, con los territorios y con la hegemonía mundial.

Aún no tenemos noticias desde Hamburgo, la justa frontera con Alemania. Este maldito país, con su Canciller Von Bulow y Guillermo II, ha estado arremetiendo en el problema marroquí, solucionado por Reino Unido. Todo este pueblo germano, y sus ansias de enfrentamientos militares para dominar Europa, nos ponen enfermos, recuperaremos Alsacia y Lorena, y nos alzaremos con la victoria en Berlín junto a la Triple Entente que nos dará todo su apoyo.

El arma más usada es la represión. El miedo se ha sembrado por toda la ciudad, evitamos salir de casa y mi marido cuenta los días para que le lleven al frente. Cada día le cuesta más conservar su trabajo, pues Francia está endeudada hasta arriba para poder mantener al frente y poder comprar y producir armas. Cada vez se oyen más noticias de gente que va a luchar en las trincheras. Todos tenemos un amigo, conocido e incluso familiar que ha luchado y muerto allí por su patria (agradeciendo que no hayas sido tú mismo), y la incertidumbre es cada vez mayor. ¿Cuándo acabará esta tortura?

Estéis donde estéis...
                             
                       Desde un rinconcito de París, os esperamos siempre con las puertas abiertas.
Atentamente: Los Marie































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