sábado, 13 de febrero de 2016

1ª CARTA DE LA FAMILIA SPENCER

Nueva York (65 Pelham Road)
1917
Me llamo Clancy Spencer, vivo en una acogedora casa de a penas 200 metros cuadrados próxima al mar en el 65 de Pelham Road. Dicen que Nueva York es la ciudad que nunca duerme, últimamente lo es más que nunca, la creciente preocupación por la situación Europea es cada vez más evidente. Ayer lunes, con el amanecer salí a navegar con mi velero rodeando Neptune Island observando con melancolía los altos muros de su fortaleza, una rutina que suelo seguir. Soy el gerente del New York World, nuestra prensa está cobrando creciente popularidad debido al repentino rescate por parte de Joseph Pulitzer de origen Húngaro, personalmente le estoy muy agradecido. Sin su ayuda este periódico se habría hundido como el RMS Lusitania en las costas de Atlanta, lo cual nos habría llevado a la bancarrota sin remedio.
Britanny, mi hermana se ha alistado ilegalmente como soldado bajo el riesgo de ser descubierta, hace apenas tres meses y tras acontecerse el asesinato de Francisco Fernando hace apenas 3 años. Su creciente preocupación por la situación europea y el temor a que Estados Unidos pasara a formar parte de aquella horrible guerra, la impulsaron a hacer algo que ninguna mujer en pleno uso de sus facultades haría: apuntarse al ya de por sí poderoso ejército y ayudar a su patria. Haciéndose pasar por un hombre parece pasar inadvertida, de hecho más que pasar inadvertida destaca entre sus semejantes ascendiendo en su rango. Por desgracia en una rutinaria inspección Britanny fué descubierta y por el hecho de ser mujer y haberse alistado, fué condenada a 10 años en la prisión militar de Neptune Island....A pesar de mis esfuerzos por contactar con entidades políticas, altos cargos militares y con el mismísimo Woodrow Wilson, actual presidente de los Estados Unidos, sin embargo solo he obtenido respuestas negativas.
Cuando llego a casa tras un duro día de trabajo, me siento en mi sofá de cuero negro y reviso los periódicos del día, a la vez que me sirvo una copa de ron con hielo, revisando la sección de economía y reflexionando sobre si debo o no invertir en las empresas de construcción y armamento, algo muy extendido entre los habituales inversores.
Queridos familiares europeos; nos han llegado vuestra cartas estamos muy contentos de comunicarnos con vosotros y espero que esto de la guerra no separe nuestra familia. Por una parte había pensado invertir algo de dinero en la fabrica de armamentos de los Byron, y deseo que vuestro hijo tenga una buena experiencia en las olimpiadas; en cuanto a la familia Goldstein no os vengáis abajo por la Weltpolitik de Guillermo II y por último familia Vasílev espero que vuestra madre mejore.  
Atentamente la familia Spencer.

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